En el norte, centro y sur del país se ve con horror que aquellos conciudadanos a quienes se les prometió insertarlos en el desarrollo económico del país, sean ahora precisamente los que no quieren, puesto que se oponen a los proyectos mineros e hidroeléctricas que serán la fuente de las rentas que harán posible la mencionada inserción.
Si la población quechua y aimara siguen con actitudes irracionales como la de oponerse a los grandes proyectos mineros e hidroeléctricas, que precisamente generan y generarán las rentas que serán utilizados en los grandes programas sociales de inserción prometidos, como; agua para todos, obras de saneamiento, electrificación, postas médicas y EDUCACION de calidad para todos los niños desde temprana edad, todo esto no será posible si no deponen su actitud intransigente a los proyectos de inversión que el Perú necesita para continuar por el camino del desarrollo con inserción.
La televisión muestra que la población quechua y aimara, que precisamente serán los mayores beneficiados con la inversión en grandes proyectos de desarrollo nacional, sean los que contradictoriamente están ocasionando destrozos y fomentando la insurgencia social que solo trae atraso y más pobreza.
Ponen piedras en el camino que con ellos o sin ellos todos los peruanos marcharemos hacia UN NUEVO PERU en desarrollo.
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